sábado, 5 de junio de 2010

Trenza cosida

La cara reflejada en la ausencia de la ventana detrás del portón azul sin ojos. Es como dormir sin haber amado la noche anterior a ninguna otra. Tantas penumbras que salvaron mi muerte, absurda como las demás y no tanto, porque sucede que ahora soy mas feliz que entonces.

Aun hoy, hay caminos que no he recorrido. Siempre los habrá, irremediablemente. Las esenas que no representé en lo corto de la minúscula existencia que llevo a cuestas, aguardan el momento oprtuno, escondidas entre bambalinas.

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Hacia ya lago rato que no la veía, y me visita ahora, justo después de un sacudón sincero y reconfortable (lo suficiente como para que ella tubiese la necesidad de regresar a mi).

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Resulta ahora que hay un Señor que tiene un disco, y en su disco hay una chica desnuda. Ella tiene un chanco sobre su cuerpo (desnudo), que el (el Señor, claro esta) ha transformado en collage. Yo lo escuché esta mañana, mientras esperaba que los españoles traigan el almuerzo (estoy hablando del disco, aclaro por si las moscas, que en este caso, no estan posadas sobre ninguna boca...). Tengo que escucharlo con mayor detenimiento, leer las letras impresas en el papel que lo protege, explorar sus intrinsecos recobecos de viejo choto y restregarme a lo largo y ancho de todo el cerebro, su fantastica manera de conjugar las palabras en el inonciente colectivo. Siendo ¨descubriir¨mi palabra clave.

Juguemos... Yo elijo al chico delete.

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