sábado, 5 de junio de 2010

Llanto tal vez.

El frío confort de una almohada llena de lágrimas no es para nada saludable... Las sabanas que enfundan aquel viejo y sentimental sofá cama no dan crédito a lo que oyen, sus oídos son demasiado escépticos para la realidad reinante.

Mientras contemplo una imagen tan sutil como la descripta, una envidia onírica me invade y adormece mis atolondradas pulsaciones. Mis parpados destruyen las barreras del insomnio como si se tratara de los restos de oblea húmeda que no limpie en el desayuno...
Las personas están lluviosas. Su formato no es bailable.


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