martes, 4 de marzo de 2008

Febrero 20, 2008


Rodeada de musica, en soledad. Quiza sea solo una simple coincidencia, tal vez seamos parte de la casualidad que, sin buscarlo, encuentra la magia escondida en la distancia (esa que sabemos al alcance de una palabra, de un gesto, y a su vez duele por el solo hecho de existir entre nosotros).

Hay un eclipse en la luna que esconde el cielo rojizo. El tiempo es inestable, al igual que yo, que

detesto parecerme al tiempo.

Buscando nada que se te asemeje. Jamas lo encontratre y soy sonciente de ello. Sos sombra y ruido en mi corazon. Tu voz resuena en mi cabeza como un oceano que me girta deseperado que lo cuide, que lo protega del canibalismo de nuesra raza, que lo ame. El niño que fuiste arde en mi para siempre y asi lo quiero. Velo por la candencia de esa llama como si de eso dependiera el fluir de mi sangre. En lugar de dejar que ese pequeño gran volcan desaparezca, lo alimeto de razones para que se extinga, para que deje (aun mas) huellas.

Mil señales me advierten que no te perdi. Me sabe acre sentir que la palabra "nosotros"es un engaño para mis oidos. No habra nunca un "nosotros" y sin embargo, me siento en el pleno derecho de no ceder la parte que me toca de vos. Esa es mi verdad, mi mayor posesion.

Sos parte de mi instinto. Lo alimentas desifrando las letras camufladas entre los cuadernos que poseo. Me sorprende tu voluntad, no tenes excusas para conmigo. No las tengo yo tampoco y mucho menos para con vos, porque seria inutil.

Construiste para mi una escalera de melodias capaces de arrastrarme al cielo sin escalas. Siempre cubiertos por una sucia pasion...casi impecable. Que lejos estamos del año 2000! Tan cerca de las traiciones, de las mentiras insolentes. Seremos oriundos del mismo lodo, te doy la bienvenida. Mis recobecos mas tenues, como siempre.

Y porque te conozco: me sorprende la voluntad del instinto.