sábado, 30 de junio de 2007

* ...○ ° Estallar(me) ° ○... *


Cobíjame mientras el sur se esconde detrás de tu espalda. El perfume no es para nada volátil, se impregna en nuestros huesos como un ultraje a destiempo. La naturaleza de un alma que no existe es ignorancia enjaulada y el viaje de ida es un amor que dura cinco minutos. Me haces bien. De la mano, permanecemos en las orillas opuestas del río. Me gusta mirar tus ojos, lejanos. Me gusta extrañarte, aunque sienta que el aire que me mantiene despierta se me escape por la mirilla de tus dedos. Los bancos de Plaza Francia se desvelan a causa del mal uso de los recursos imaginarios. Naufragios que pesan como un mar de muerte, se pierden, se hunden y reflotan como burbujas calientes. Necesito ese calor. El tuyo. Las manos de un reloj que marca el tiempo sin fechas ni historia, me acarician tan toscamente que arrancan pedazos de mi cuerpo, como si ello tuviera menor importancia. El sol cae despacio, a cuenta gotas, como pidiendo permiso para ser. El pasto, que es verde y lima, lo reprende por impuntual, pero no logra imponer el menor castigo porque sin el uno, el otro no tiene razones para existir. Hoy me conforma verte dormir y enredar tu pelo con el mío, que se enmaraña como la tabla del dos. Distancia insalvable, destino errante, desierto y oasis. El miedo de no verte nunca mas, solo tiene respaldo con el de no verte por primera vez. Quiero impartir clases de acrobacia sobre hilos de cartón, quiero trepar el álamo que esconde mi luna favorita, sin rasgarme las rodillas como cuando soy chica... como siempre. No le busques un sentido a esto que siento, te vas a quedar con las manos vacías en el primer intento, mejor dale un sentido propio, único. Se que estoy jugando mal mis cartas. Aprender a equivocarse con nada de elegancia, a chocar contra el muro mas grande y volverse loca de euforia por saber que se puede seguir intentando, y chocarse de nuevo (de vuelta esta el colectivo, y Abril viaja en subte porque le da placer). Ensayo y error. Aprender a encontrar el norte, que quiere imitar al sur, pero no encuentra lugar, porque tus hombros son solo para mí.