sábado, 5 de junio de 2010

Invisible...

No puedo creer en la noche, ella suele mentirme demasiado a menudo. Uno de los nervios que atraviesan mi medula espinal esta totalmente tildado, me cuesta moverme. Adentro hace más frío que afuera, como cuando llueve más adentro que afuera, pero distinto de cuando afuera llueve todo el cielo o de cuando tengo una sucursal del cielo en mí habitación. Escucho canciones de esas que se suenan en la radio, esas que la gente pide con la extraña necesidad de quien intenta ser un poco menos desdichado a cada segundo, con cada bocanada de aire.
Al aliento se desborda en mis pulmones: te juro que te extraño. La sensación de el deber y todo aquello que esto implica me restringen a la soledad... es tan aburrido. Mientras busco que escuchar ahora que se esfumo la ultima melodía de la canción que sonaba en mis parlantes, intento hacer el esfuerzo que conlleva el hecho de encontrar las fotocopias que he de leer, por enésima vez consecutiva a lo largo de las ultimas 36 horas... otra alternativa mas que aburrida para matar al tiempo.
Menuda desgracia me toca soportar... No quiero deber, debo hacer, quiero ser. Quiero estar, pero me pasa pornostar al día con lo que siento.

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