sábado, 5 de junio de 2010

Piano Bar


El arribo de las moléculas gaseosas de sueño es inminente. Pidieron algún par de decenas de habitaciones en un hotel de treinta y tres lunas nuevas, para alojarse así en completa armonía con su concepción astrológica de las ciencias empíricas.
Para comer, solo ordenaron volutas de humo y diamante negro, y algunas escamas de pavo real australiano, pues eso les fortalece las pestañas, las orejas y los dedos de los pies (al ser cautelosas por naturaleza, se desplazan siempre de puntillas).
Se trasladan de un confín a otro de este infinito costal de universos que nos contiene, con la única tarea de brindar calma y paz onírica a la inconmensurable cantidad de seres inmunes a las técnicas mundanas empleadas para experimentar el misterioso arte del sueño.
(Petición denegada:
El veneno desintegro el poder que tenía para confeccionar un mundo algo más que perfecto: IMAGINARIO -con todo lo que la palabra poder implica-.)

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