miércoles, 26 de septiembre de 2007


Es de noche. Tengo hambre y media manzana fuera del estomago.

Es curioso, pero durante todo el día padeci, junto con otros sintomas, una sensación de abandono. Una inmensidad semejante a eso que sentimos en el instante previo a la muerte, eso que todos conoceremos de manera irremediable, eso a lo cual nadie sobrevive para contar.

El sueño me tironea de la botamanga del pantalón para irnos a domir... Reclama su momento de gloria. Quiere que le lave los dientes, le ponga el pijama y le cuente un cuento. Pero yo quiero hacerle compañia, no esta noche. Hace tiempo que no encuentro razones para ir a la cama con el.


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